martes, 14 de septiembre de 2010

CULTIVO

El Reishi o Ling Zhi (Ganoderma lucidum) ha sido empleado por los chinos desde hace miles de años. Su uso era restringido para muy pocas personas, ya que, era sumamente difícil conseguirlo en la naturaleza. No es sino hasta hace pocos años que, después de muchos estudios y experimentación, se logra un método efectivo para su cultivo de forma industrial.

Nuestro cultivo tiene lugar en las cercanías de la población de La Mesa de Esnujaque en la Cordillera de Los Andes Venezolanos a una altitud de 2.100 metros sobre el nivel del mar, lo cual nos permite tener una temperatura y una humedad ideal para el cultivo de este hongo, además de un ambiente libre de contaminación.

Para el cultivo de estos hongos se utilizan las técnicas más avanzadas. Se seleccionan las mejores cepas para nuestras condiciones climáticas. Para el substrato de cultivo solo se emplean productos 100% vegetales, y durante todo el proceso de cultivo no se emplea ningún tipo de agroquímico (ni abonos, ni pesticidas).

Los materiales del substrato se esterilizan previamente a la siembra, dentro de unas bolsas especiales. Posteriormente la siembra se realiza en un laboratorio acondicionado especialmente para garantizar que no pueda haber ningún tipo de contaminación.

Una vez sembradas, las bolsas se sellan y se trasladan a los cuartos de incubación, donde permanecen bajo condiciones controladas de temperatura, humedad, ventilación e iluminación. El proceso dura hasta que el substrato está completamente invadido por el hongo, lo que puede tomar alrededor de dos meses.

Cuando las bolsas se observan completamente invadidas, se llevan a los cuartos de cultivo en los cuales se mantienen otras condiciones ambientales (temperatura, humedad, etc.), en el caso del reishi, se le hace una pequeña perforación lateral a la bolsa por donde crecerá un hongo. El crecimiento del reishi es sumamente lento y puede tardar unos seis meses.

Cuando los hongos están completamente desarrollados, se procede a cortarlos e inmediatamente se deshidratan para por último pulverizarlos, esterilizarlos y envasarlos.


Todos estos procesos se realizan en ambientes cerrados totalmente controlados donde el aire de la ventilación es filtrado, lo mismo que el agua de riego. El acceso es restringido lo que permite ofrecer un producto orgánico de la más alta calidad.

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