La cantidad de agua corporal disminuye con la edad. A los 80 años es posible que sólo entre un 45% y un 55% sea agua. Esto pone a las personas mayores más cerca del punto en que pueden aparecer los problemas.
Los motivos para que aparezca la deshidratación pueden ser dos. En primer lugar, porque se pierde una cantidad excesiva de líquido. En segundo, porque no se ingiere el líquido suficiente.
La pérdida excesiva de líquido puede deberse a: la sudoración excesiva por ejercicio o una enfermedad febril, los vómitos, la diarrea, las hemorragias, las quemaduras (al destruirse la piel se evapora una gran cantidad de agua), el mal uso del tratamiento con diuréticos, y muchas otras.
El tratamiento más importante para la deshidratación es prevenirla. Acostúmbrese a beber unos dos litros de líquido al día. Y si tiene a su cargo a una persona que no puede o no recuerda beber, insístale y ayúdele a tomar lo suficiente.
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